«Diez consejos para enfrentar la reclusión» por Frei Betto
El escritor brasileño Frei Betto es un fraile dominico. conocido internacionalmente como teólogo de la liberación. Fue encarcelado y torturado en 1964, por la dictadura brasileña que se extendió desde ese año hasta 1985. En 1969 fue detenido nuevamente y pasó cuatro años en la cárcel.
Autor de 60 libros de diversos géneros literarios -novela, ensayo, policíaco, memorias, infantiles y juveniles, y de tema religioso en dos acasiones- en 1985 y en el 2005 fue premiado con el Jabuti, el premio literario más importante del país. En 1986 fue elegido Intelectual del Año por la Unión Brasileña de Escritores. Asesor de movimientos sociales, de las Comunidades Eclesiales de Base y el Movimiento de Trabajadores Rurales sin Tierra, participa activamente en la vida política del Brasil en los últimos 50 años.
Frei Betto, elaboró el siguiente decálogo para poder soportar mejor este período de reclusión forzada por la pandemia:
Traducido por Raúl Juárez
Estuve detenido bajo la dictadura militar. En los cuatro años de prisión me encerraron en celdas en aislamiento en los DOPS[1] de Porto Alegre y de la capital paulista (São Paulo), y en también en el estado de São Paulo, en el cuartel general de la PM, en el Batallón de la ROTA[2], en la Penitenciaría del Estado, tanto en Carandirú como en la de Presidente Venceslau.
Comparto, por lo tanto, diez consejos para poder soportar mejor este período de reclusión forzada por la pandemia:
- Mantenga cuerpo y cabeza juntos. Estar con el cuerpo confinado en casa y la mente enfocada, allá, fuera puede causar depresión.
- Cree rutina. No se quede en pijama todo el día, como si estuviera enfermo. Impóngase una agenda de actividades: Ejercicios físicos, especialmente aeróbicos (para estimular el aparato respiratorio), lecturas, acomodar armarios, limpieza de la casa, cocinar, investigar en internet, etc.
- No se quede todo el día en la TV o en la computadora. Diversifique sus ocupaciones. No banque al pasajero que se queda todo el día en la estación sin tener ni la menor idea el horario del tren.
- Use o teléfono para llamar a parientes y amigos, sobre todo a los más viejos, los vulnerables y los que viven solos. Entreténgalos, le hará bien a ellos e a Ud.
- Dedíquese a un trabajo manual: reparar artefactos, armar rompecabezas, coser, cocinar etc.
- Entreténgase con juegos. Se está en compañía de otras personas, establezcan un momento del día para jugar ajedrez, damas, naipes etc.
- Escriba un diario de la cuarentena. Por más que sea sin ninguna intención de que otros lean, hágalo para Ud. mismo. Colocar en el papel o en la computadora ideas y sentimientos es profundamente terapéutico.
- Si hay niños u otros adultos en casa, reparta con ellos las tareas domésticas. Establezca un programa de actividades, con momentos comunes y momentos de tiempo libre para cada uno.
- Medite. Por más que Ud. no sea religioso, aprenda a meditar, pues eso limpia la mente, retiene la imaginación, evita la ansiedad y alivia tensiones. Dedique al menos 30 minutos del día a la meditación.
- No se convenza de que la pandemia cesará rápido o durará tantos meses. Actúe como si el período de reclusión fuese a durar mucho tiempo. En prisión, no hay nada peor que el abogado que garantice al cliente que él recuperará la libertad dentro de dos o tres meses. Eso desencadena una expectativa desgastante. Así, prepárese para un largo viaje dentro de su propia casa.